Una tarta clásica, rica, fresca y super sencilla.No predomina ni el limón ni la leche condensada, lo hacen los dos en su justa medida (para los que se preguntan si empalaga o si sabe ácida) :)
La tenía apuntada en la libreta de clase de cocina de cuando iba al cole (fué mi asignatura favorita sin duda :)).
Ingredientes para un molde de 24x24 cm
-120 ml de zumo de limón (2 limones medianos)
-ralladura de uno de los limones
-3 huevos, claras y yemas separadas
-1 bote de leche condensada (de los pequeños, 390 gr)
Base:
- galletas (las que más os guste) (usé 1 rulo y medio pero si os gusta la base más fina mejor poner 1 sólo paquete)
-60 gr de mantequilla
Lo primero hacemos la base, esto es como siempre, molemos las galletas y lo mezclamos con la mantequilla diluída y vamos añadiendo leche hasta que sea una masa manejable. Forramos el molde y hacemos como un reborde si podemos y nos da (el molde le forro con papel de horno para luego desmoldar bien).
Relleno:
En un bol ponemos las yemas, el zumo de limón, la ralladura y la leche condensada y mezclamos bien con unas barillas.
Precalentamos el horno a 170º 10 minutos .
Aparte montamos las claras a punto de nieve y se lo añadimos a la mezcla anterior (y no al revés!) con movimientos lentos y envolventes. Golpeamos suavemente el molde contra al encimera para asentar bien la mezcla y al horno durante, en mi caso, 30 minutos. (depende como siempre del molde y del horno, cuanto más grande sea el molde más bajita quedará la tarta y menos tiempo se necesitará de horneado. Y si el molde es por ejemplo de 20 cm pues necesitaréis unos 40 minutos, pero bueno eso es lo de siempre). Comprobamos que esta hecho metiendo un palillo o cuchillo y ha de salir limpio. Cuando apago el horno me gusta dejar la tarta dentro con la puerta entreabierta para que no se baje mucho, la verdad es que apenas de bajó.
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